EXPOSICIÓN INTERNACIONAL DISEÑADA Y CREADA POR CARLO ACUTIS

Prefacio

Tiempo atrás publiqué una investigación sobre los milagros eucarísticos, pero, para mi sorpresa, recibí una carta que la objetaba, porque sostenía que las "especies que sangran" eran fruto de una época ingenua y que fácilmente construía prodigios. Sufrí no poco por ésta afirmación. Y el motivo era simple: las cosas no eran así; los hechos hablaban inequívocamente. El Padre Pío, hombre del siglo XX, ¿acaso no ha sido un milagro eucarístico viviente?, toda su extraordinaria existencia está ligada al Altar, a la Misa, a la Sangre. ¿Y quién puede afirmar que el Padre Pío haya sido solamente una invención de ingenuos y de visionarios del siglo XX? Teresa Neumann, que falleció en 1962 en pleno siglo XX, se ha alimentado durante 36 años...solamente de la Eucaristía. Comisiones de médicos se han turnado día y noche para estar al lado de ella y vigilar: al final, han reconocido el hecho humanamente inexplicable. También esto es un milagro eucarístico: ¿Quién puede negarlo? Marthe Robin, que falleció en 1981, durante 53 años se ha nutrido exclusivamente de la Eucaristía y, a veces, entre el estupor de los testigos, ella al no poder ingerir, aspiraba la Eucaristía en un gesto de profundo amor hacia Jesús presente en el Santísimo Sacramento. Jean Guitton, célebre pensador, con respecto a Marthe Robin escribe: "La mujer que me propongo a presentar era una campesina de la campiña francesa. Una mujer que quizás fue el ser más extraño, extraordinario y desconcertante de nuestra época. Desde el primer encuentro con ella tuve el presentimiento de que un día no hubiese podido hacer otra cosa que hablar de ella." ¿Por qué?, por el simple hecho de que su vida es un clamoroso prodigio…ligado a la Santísima Eucaristía. Estas páginas, con mucha sobriedad, describen y dejan hablar de tantos milagros eucarísticos: vale la pena leerlas…para escuchar el grito del amor de Dios que resuena en cada celebración eucarística. ¡Hoy…como ayer!

+ Angelo Comastri
Vicario del Papa para el Estado de la Ciudad del Vaticano